
Cada momento en que estoy sin ti me siento mutilada, como si me faltase una parte de mi ser. Pasan los días y esta ansiedad de estar contigo me persigue sin cesar. Tengo tiempo libre y eso es malo porque no hago más que pensar en ti y desear que el tiempo vuele hasta que tú aparezcas a mi lado, pero las horas pasan lentas. Se hacen largas, tortuosas, duras, difíciles de llevar... y todo para que cuando llegues, esas dos horas que estamos juntos pasen tan rápido como si fueran tan sólo dos minutos.
A veces no entiendo por qué en la vida existen esas sensaciones. A veces me paro a pensar y me doy cuenta de que el amor implica un gran dolor, aunque no sé si llamarlo exactamente así. Quizá la palabra "dolor" no sea la más adecuada, porque para mi no hay nada más maravilloso en este mundo que estar contigo, pero es precisamente eso lo que me hace estar ansiosa, agonizando, sufriendo por que el tiempo pase rápido para poder verte de nuevo. ¿Y sabes qué? Esa es la razón de mi día a día.
Qué cierto es aquello: "Cuando el amor llama a tu puerta ya no hay nada que puedas hacer para evitarlo, sólo te queda rendirte a él".
Y eso es lo que me pasa contigo. No puedo hacer nada para cambiar lo que siento, NI QUIERO! Quizá sea necesario sufrir un poco, tal vez el dolor haga que el amor se sienta más intenso, más profundo. Quizás, gracias al dolor previo que implica el amor, éste pueda ser más duradero.
Quién sabe por qué nos sentimos así, por qué la vida es así. Quién sabe qué es lo que hace que dos personas se puedan amar tanto como nosotros. No lo sé... Sólo sé que te quiero y que eso me hace muy feliz.
Te amo! No quiero separarme nunca de ti. Eres la luz de mis días, el motor de mi vida, la otra mitad de mi ser.
11-7-09 (L)