20 sept 2011

Velas**




(...) Después te doy las gracias y tú me dices:
- Ahora tienes que apagar las velas, pero antes de apagar cada una de ellas debes decir mi nombre.
Y así lo hice, apagué las velas diciendo tu nombre en cada una de ellas. Cuando terminé, intrigada por saber qué significaba aquello que acababa de hacer, me dijiste:
- Cada una de las velas que has apagado equivale a 5 años juntos. Vamos a seguir unidos 80 años.


¿Que la magia no existe? Imposible. Tú eres la magia en persona.


¡Te quiero muchísimo mi amor!

Velas*




Suena el móvil, una llamada perdida: Jorge. Cojo el ascensor, pulso el número 7. LLego, miro la puerta del piso, veo una preciosa rosa en el felpudo; sonrío y la recojo. Me doy cuenta de que la puerta está entreabierta. Entro y veo dibujado un camino luminoso. Me guían unas cuantas velas, las sigo embelesada, intrigada, ilusionada contigo. Llego al fin del trayecto y veo entreabierta la puerta de una habitación, la abro y... ahí estás tú, esperándome. Miro a la izquierda y veo que unas velas perfectamente colocadas me dicen te quiero. Te miro enamorada, te correspondo: te quiero. Nos besamos, nos adoramos con la mirada, y después...






>> Continuará.

13 sept 2011

Cinco letras...



Existen cinco letras que han marcado mi existencia. Sí, son cinco, ni más ni menos, cinco. Cinco letras que combinadas de forma correcta conforman la esencia de mi vida.

Esas letras dan lugar a un sonido perfecto porque cada vez que pronuncio esa palabra me siento afortunada, me siento la persona más feliz del mundo, como si todo lo tuviera al alcance. Y... no deseo nada más en el mundo que poder decir esa palabra sabiendo que es parte de mi. Soy feliz con lo que la vida me ha regalado: tu amor, tu cariño, tu paciencia, tu locura, tu magia... ¿Para qué quiero más? Cinco letras me bastan: Jorge.

¡TE AMO!

8 sept 2011

Tú y yo...

Lunes, 29 de agosto de 2011:


- ¿Estaremos de nuevo aquí el año que viene?

- Sí, ¿por qué, tienes dudas?

- No sé, puede pasar algo. Puede que me mandes a la mierda...

- No, te quiero demasiado como para cansarme de ti. No sé que pasará con el tiempo, pero yo deseo estar siempre contigo. ¿Tú lo deseas?

- Sí.

- Eso es lo importante, que no tengas dudas. Yo lo deseo con todas mis fuerzas, así es más fácil que se cumpla.

- ¡Qué loco estás!

- Si querer estar contigo toda mi vida es estar loco, entonces sí, lo estoy. Te quiero...

- Yo también te quiero...


¿Cómo puede ser todo tan bonito a tu lado? Tú haces que mi vida tenga sentido, que sienta que hay algo por lo que vale la pena seguir adelante. ¿Cómo no te voy a querer tan fuerte?


¡TE AMO!