
"La Real Academia define la palabra "imposible" como algo que no tiene facultad ni medio para llegar a ser o suceder. Y define "improbable" como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente.
Puestos a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad; como a todo el mundo, supongo.
La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica.
Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando en la casa blanca, era improbable, pero sucedió, Nadal desbancando del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa, el 12-1 contra Malta, España ganando el mundial...
El amor, las relaciones, los sentimientos... no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre 1000 millones de que pase... vale la pena intentarlo."
Eso debiste de pensar tú cuando comenzamos esta historia. Y míranos, aquí estamos!
Vale la pena, sí, vale la pena que luches por lo que quieres. Cueste lo que cueste, si hay una posibilidad, vale la pena.
Ánimo mi niño!!!
Te quiero mucho!!!